Cómo calmar el llanto de bebé

¿Qué es el llanto controlado y cómo podés hacer para dejar que tu hijo llore cuando va en contra de tu lado maternal? ¿funciona realmente? Descubrí tips de cómo calmar a un bebé que llora.

El sueño es algo necesario, para el crecimiento y el desarrollo de tu hijo, y para tu salud mental.

La falta de sueño y la fatiga afectan tu comportamiento diurno por lo que te resulta más difícil prestar atención y te sentís cansada, malhumorada, llorosa, tensa y nerviosa. La privación del sueño también causa síntomas de estrés, como la ansiedad y el dolor de espalda. Así que tenés que tener un plan, no sólo por la salud de tu hijo, sino también por tu propia salud y la de tu familia.

Si te pasa alguna de las siguientes situaciones, probablemente sientas que estás perdiendo el control de la conducta de tu hijo y de tus propias emociones. Tu hijo tiene un problema con el sueño y deberías considerar la solución del llanto controlado.

Tu hijo o hija:



  • Se niegan a irse a dormir o demoran mucho tiempo en tranquilizarse más de dos o tres veces por semana
  • Se van a dormir solamente cuanto te acostás con ellos más de tres veces por semana
  • Demoran el momento de irse a dormir peleándose antes de acostarse
  • Se despiertan a la noche y te llaman más de tres veces por semana Entran a tu habitación o insisten en dormir en tu cama en forma constante
  • Se despiertan antes de las 5 de la mañana más de dos o tres veces por semana


Vos:


  • Cedés a sus pedidos para que haya paz y tranquilidad No tenés ganas de mandar a tu hijo a dormir
  • Estás cansada todo el tiempo
  • Le gritás a tu hijo a la hora de dormir o durante la noche


El método del llanto controlado

El llanto controlado es un método de sueño que consiste en una rutina constante a la hora de ir a dormir. La idea es enseñarle al niño a irse a dormir solo y que no llame a gritos a los padres a la mitad de la noche. Lo ideal sería que siempre se vaya a dormir a la misma hora, siguiendo una rutina, como por ejemplo que cene, se bañe y le lean un cuento. Dale un beso, decile "buenas noches" con firmeza y salí de la habitación antes de que se duerma. Si no se tranquiliza en unos minutos, tenés que seguir con el siguiente paso.

Podés quedarte en su habitación o esperar afuera.

Método uno: Quedarse en la habitación. Sentate al lado de tu hijo y reposá una mano sobre él. No le des palmadas ni le hables, sólo decí "shhh" despacito y repetidamente. Estate preparada para que llore hasta 20 minutos. Hacé esto todas las veces que se despierte la primera noche. La segunda noche, sentate al lado, pero no lo toques. Usá solamente tu presencia y tu voz y no hagas contacto visual. Cada noche, andá alejándote. Dentro de los cinco días aproximadamente, ya deberías estar sentándote afuera de la habitación. A veces, cuando ya pensás que le agarraste la mano, puede ser que otra vez haga un berrinche. Esto es completamente normal y vas a tener que volver a entrar a la habitación y volver a empezar el proceso.

Método dos: Fuera de la habitación. Acostá a tu hijo, tapalo y dale un beso de buenas noches afectuoso pero firme, para que sepa que va en serio. Salí de la habitación y dejá que llore durante un minuto. Después de eso, volvé a entrar a la habitación, consolalo y tranquilizalo hasta que se calme. Volvé a salir de la habitación, pero esta vez esperá dos minutos antes de volver a entrar. Repetí el proceso de tranquilizarlo y cada vez andá agregando dos minutos. Puede ser que tengan una "recaída" después de una semana y si llegara a pasar, volvé al paso anterior y empezá de nuevo.

El argumento en contra

Algunos informes cuestionan este método porque si bien el llanto controlado le enseña a tu hijo a dejar de llorar, también le enseña a no buscar ayuda cuando tiene un problema o se siente mal. El llanto es la forma en que el niño demuestra angustia o malestar. Dejarlo llorar sin consolarlos, incluso por períodos breves, puede angustiarlo. Cualquier método de sueño que uses no debe poner en riesgo el desarrollo de tu hijo o sus necesidades emocionales.

El argumento a favor

Este método funciona ya que le da a tu hijo el beneficio de la duda, con un gran apoyo emocional, para descubrir si puede usar sus propias estrategias para calmarse a sí mismo. Si no lo logra, vos estás cerca para ir a ayudarlo. Dejar que tu hijo llore por períodos breves antes de ir a consolarlo le enseña que vos estás presente y que no lo abandonaste. Por lo tanto, no tiene necesidad de llorar y logra calmarse a sí mismo en un entorno de cariño, seguridad y tranquilidad. Además te permite tener el control.

Siempre asegurate de que el problema de sueño de tu hijo sea una cuestión de conducta y no otro problema subyacente, como un problema de salud.

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