Cumpleaños infantiles más saludables

La poco equilibrada dieta infantil empeora en los cumpleaños. El cumpleaños se festeja una vez al año, pero los niños no solo celebran el suyo. Cuando en una clase hay más de 20 escolares, habrá más de 20 de estas fiestas. Y si se tiene más de un hijo, es probable que la cifra se duplique al acudir a las celebraciones del aula del hermano. Y aún quedan por sumar los cumpleaños del resto de la familia del pequeño. ¿Se puede hacer algo para que estas fiestas no tengan como protagonistas las calorías, el azúcar y la sal? En el presente artículo se apuntan algunas ideas. - Por JULIO BASULTO


  • Fiestas de cumpleaños: fuente de calorías vacías

Tal y como se justificó en el texto 'Unas cuantas calorías de más, implicadas en la obesidad infantil', basta un exceso continuado de entre 70 y 160 kilocalorías diarias en los niños para que incremente de forma notable su riesgo de obesidad. Y no es una cifra difícil de alcanzar, dado que las raciones habituales de muchos productos superfluos aportan esas calorías, o incluso más. Esos productos suelen decorar las fiestas de cumpleaños infantiles. Si estas fiestas fueran excepcionales, no habría problema alguno, pero son más habituales de lo que se reconoce.


Uno de los análisis más recientes sobre la alimentación de los pequeños es el que llevó a cabo en marzo de 2015 el Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría (AAP). Su revisión, publicada en la revista Pediatrics, reveló que los cumpleaños infantiles aportan muchas calorías vacías a los menores. Se entiende que un producto aporta calorías vacías si su proporción de nutrientes es muy baja en relación a las calorías que contiene. Así, las fiestas infantiles, además de otros "innumerables entornos informales", contribuyen a la actual epidemia de obesidad infantil, según la AAP.

La responsabilidad de controlar qué alimentos se incorporan en las fiestas infantiles corresponde a los padres. Es un reto nada fácil de afrontar, dado que habrá que enfrentarse a la resistencia no solo de los niños, que adoran los alimentos azucarados, sino también de muchos adultos. Sin embargo, vale la pena intentar que todos tomemos conciencia de ello, por el bien de la salud de nuestros hijos y de los que no lo son.

A continuación, a los consejos que se incluyeron en el texto 'Comida insana en las escuelas: mucha viene de casa', se añaden algunos más, con el objetivo de abordar con éxito este reto. Muchos de ellos se han tomado del documento "Fiestas divertidas y saludables" del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.


  • Comida: no toda debe ser insaludable

No es imprescindible que todos los alimentos sean saludables, pero tampoco es tolerable encontrar decenas de bebidas azucaradas (conocidas como "refrescos"), bolsas llenas de chucherías, platos repletos de aperitivos salados, litros y litros de zumos, embutido o bollería. Estas son cinco sugerencias:

1. Fruta cortada. Un plato de fruta bien cortada y lista para ser consumida es una tentación apta para todas las edades. También puede servirse en pinchos o en macedonia.
2. Crudités de hortalizas. Se puede cortar zanahoria en tiras gruesas, pinchar tomates cherry en palillos o preparar dados de pepino. No hay que dar por sentado que a los pequeños no les gustan hortalizas como el pimiento crudo.
3. Setas. Algunas pueden servirse crudas, como los champiñones, y el resto saltearlas y servirlas en recipientes pequeños.
4. Mazorcas de maíz. Pocos niños rechazan este saludable manjar.
5. Frutos secos. Saludables y apetitosos, aunque no recomendables en menores de tres años por el riesgo de atragantamiento.



  • Más contenido emocional

Muchos profesionales sanitarios se preocupan por el deterioro en la calidad de la comida de los niños, tanto en el día a día, como en las fiestas infantiles. Uno de ellos es el pediatra Carlos Casabona, quien insiste en que no se debería tener miedo a dejar la comida "en segundo plano" en las fiestas infantiles. Lo hace en su libro 'Tú eliges lo que comes', recién publicado por Paidós. De forma paralela, Casabona propone que en los cumpleaños haya más contenido emocional. Algunos ejemplos son:


Música en directo.
Juegos.
Teatro.
Escenografías o coreografías.
La música, el teatro, las escenografías o las coreografías pueden prepararlas los padres, aunque también los propios niños. Y si no nos atrevemos, siempre está la posibilidad de pagar entre todos a una compañía especializada. En cuanto a los juegos, basta con pensar un poco para que surjan juegos inmortales, como el escondite.


  • Decoración de comida y del entorno

¿Y compensar la ausencia de alimentos superfluos con una trabajada decoración? Los alimentos antes citados se pueden decorar con láminas de almendra, con formas realizadas con hortalizas, con hojas de menta, con frutas del bosque, con especias, etc. En cuanto al entorno, qué mejor que preparar a cada pequeño una bolsa de cotillón con artículos como confeti, serpentinas, matasuegras, silbatos, etc. Además, se puede decorar el local con globos y con carteles elaborados entre adultos y niños.


  • La tarta

Si se hace la tarta en casa, vale la pena sustituir la harina blanca por integral. Aunque el pastel tendrá todavía muchas calorías, está bien tener por costumbre usar harina integral. No es necesario, en todo caso, que la tarta sea un paradigma de salud, pero sí es recomendable que se elabore en casa. Y si se prepara con el homenajeado, mejor todavía: se compartirán con él preciosos momentos que puede que no olvide.

Dar ejemplo en las fiestasPor desgracia, en las fiestas de cumpleaños es habitual encontrarse a los padres en un grupo y a los niños en otro. Muchos progenitores pasan buena parte de la celebración aferrados a su teléfono móvil, algo que hay que intentar evitar. Lo idóneo es que padres e hijos juguen juntos y compartan un tiempo que para ellos siempre es un regalo. Además, si se juega con ellos, se les demuestra que hacer deporte no es solo acudir a un gimnasio: ¡jugar al pilla-pilla puede ponernos en forma! Por último, un hábito que conviene desterrar de las fiestas infantiles es el de fumar y beber alcohol delante de los menores. No hay que olvidar que para ellos somos sus referentes, su modelo a seguir.


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