Embarazada con problemas de corazón

Su control se basa en la prevención, identificación y tratamiento de las posibles complicaciones maternas y fetales

Una mujer sana tolera, en general, los cambios que experimenta su organismo durante todo el embarazo. No obstante, los mismos cambios pueden provocar descompensaciones en el corazón de una gestante con antecedentes de cardiopatía. Si el riesgo es muy elevado para la madre, los expertos recomiendan interrumpirlo. Si este riesgo es aceptable, como ocurre en la mayoría de casos, se debe realizar un seguimiento escrupuloso durante todo el proceso y el posparto inmediato.
Por MONTSE ARBOIX


A medida que transcurre la gestación, la mujer experimenta cambios físicos y fisiológicos debido a las adaptaciones al nuevo tipo circulatorio y a los requerimientos del feto en constante crecimiento. A pesar de que estos cambios se dan en casi todos los órganos y sistemas, sus efectos en el corazón de las embarazadas con enfermedad cardiológica pueden poner en peligro su salud y la del futuro bebé. Cambios en el volumen sanguíneo, la resistencia vascular, la frecuencia cardiaca o la coagulación son algunas de las principales complicaciones. Y aunque no es frecuente -la Sociedad Española de Cardiología (SEC) estima que la cardiopatía afecta a entre 0,4 y 2 embarazadas de cada 100-, se deben tomar precauciones antes y durante todo el proceso.

Control ordinario estricto
A pesar de que cada una de las enfermedades del corazón necesita un abordaje individualizado, algunas recomendaciones son de ámbito general: un control prenatal estricto realizado por un equipo multidisciplinar que cuente con cardiólogo, comadrona, obstetra y anestesiólogo, entre otros, y prestar atención al desarrollo de cualquier signo o síntoma de descompensación (como aumento de la frecuencia respiratoria o de la sensación de ahogo cuando se está tumbada, incremento del ritmo cardiaco, hinchazón en las piernas por retención de líquidos, cansancio, sensación de mareo, tos con ruidos pulmonares anormales, entre otros).

Es fundamental recordar que muchos de estos síntomas generados por enfermedad cardiaca son similares a los propios de la gestación. Por ello, es de suma importancia que la paciente sepa reconocerlos de manera prematura para poder tratarlos de forma precoz y evitar males mayores. También se recomienda disminuir la actividad física para reducir el gasto cardiaco (en ocasiones, será necesario hacer reposo en cama, sobre todo, durante el último trimestre), restringir la ingesta de sal y aumentar la de calorías y vitaminas, sin olvidar el hierro. Para sortear complicaciones, también es necesario atender a las primeras señales de enfermedades que podrían provocar descompensaciones cardiacas, como un catarro o una infección urinaria.

De la misma manera, hay que evitar los factores que pueden favorecer el desarrollo o empeoramiento de arritmias, como las bebidas con cafeína, el alcohol, el tabaco o sustancias tóxicas, entre otras.

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