Enfrentar el bullying o acoso escolar

Uno de los peores aspectos del Acoso escolar es cómo la experiencia puede manipular el sentido de proporción de la víctima; los niños no tienen la experiencia de vida para poder salir racionalmente de la situación y buscar ayuda.

Bullying: ¿cómo enfrentar el acoso escolar?
No importa cuál sea la habilidad o potencial educativo que tiene un niño o niña, si por razones sociales no están contentos en el colegio, el día de clases será dominado por el miedo, la culpa, y otras diversas emociones negativas. Uno de los peores aspectos del Acoso escolar es cómo la experiencia puede manipular el sentido de proporción de la víctima; los niños no tienen la experiencia de vida para poder salir racionalmente de la situación y buscar ayuda. Aunque muchos adultos viven el acoso en una forma u otra, es en la escuela donde el efecto es inolvidable.


Indicios de Acoso Escolar
Para todos los padres es difícil pararse afuera y ser objetivos cuando se trata de la felicidad de sus chicos. Si un niño está gruñón durante algunos días la razón podría ser menos siniestra, como estar cansado, que no se siente muy bien, o que está preocupado por alguna discusión con sus amigos. Sin embargo, hay algunas señales que podrían sugerir que un chico está siendo acosado en la escuela:
- Negativa de ir al colegio o a quedarse ahí sin vos (no siempre es una señal concreta pero sí es un indicador cuando se acompaña de otros síntomas).
- No solo se preocupa cuando le toca ir a la escuela sino que también en casa está inquieto.
- Está irritable en momentos del día o la semana en que normalmente está contento.

Tu hijo o hija puede empezar a quejarse de molestias como dolores de cabeza o malestar estomacal – problemas físicos que antes podrían haber sido cosas que se sacudirían con facilidad.

Tipos de Acoso Escolar
Los niños, al igual que los adultos, a veces utilizan el humor para relacionarse con los demás – para resolver una diferencia de opinión o para cubrir una situación vergonzosa. Sin embargo, el acoso se puede definir como acciones dirigidas hacia alguien, que son deliberadamente crueles, y que hacen hábito.

Esto puede presentarse de manera obvia, como amenazas o actos de violencia física, abuso verbal o burlas; o de manera anónima, como el daño a las pertenencias de un chico – la mochila, los útiles, el uniforme, etc.

Sin embargo, también puede tomar formas más sutiles – como pequeños comentarios, repetir un tono burlón que podría no ser evidentemente ofensivo pero que a la víctima claramente le desagrada, excluir a un chico de actividades sociales dentro de su grupo de compañeros. El ‘Cyber acoso’ incluye cualquier mensaje indeseable de texto o de correo electrónico.

Cómo descubrir qué anda mal
Si te preocupa que tu hijo esté siendo acosado, preguntárselo directamente podría no ayudar - depende de cómo sea tu relación con él o ella en ese momento. En lugar de eso, tratá de tener una conversación respetuosa para ponerte al día de cómo le va en el colegio, qué hacen fuera del horario de clase – a qué juegan en el recreo, con quién se juntan, etc.

Tratá de hacer que esta charla suceda en un momento en que normalmente están juntos en lugar de hacer un torpe intento por interrogar al chico. Tal vez a la hora de ir a la cama, antes del cuento o de apagar las luces, o en el auto de camino a la natación, por ejemplo.


Dejá lo más que puedas que tu hijo o hija te lleve por la conversación, y prestá atención a las noticias que suenan positivas tanto como a las áreas que podrían evidenciar un problema. Entonces estarás en posición de hacer una pregunta oportuna que facilite todo, como por ejemplo '¿cómo te va?'

¿Cómo podes ayudar?
Descubrir que tu hijo o hija sufre de acoso en la escuela puede afectar a toda la familia. Es difícil, pero tenés que mantenerte tranquila, concentrada y fuerte para ellos, así que primero tratá de ver el panorama completo, y si tu hijo está de acuerdo en que hables de esto con alguien más, hablalo con tu pareja.


Aclarale a tu hijo que contarte esto en confianza fue algo bueno, que vos estás ahí para ellos. Aun si se trata de un incidente aislado que no parece ser grave, tomá en serio el trauma de tu hijo. Si el acoso es constante o si fue un incidente aislado, tratá de conocer los hechos, cuándo, con qué frecuencia y quién está involucrado. Pero no presiones demasiado, asegurale a tu hijo o hija que seguirás apoyándolos, y que cualquier otro incidente, pequeño o grande, deberá contártelo lo más pronto posible.

Hablá con los profesores pero también asegurate de seguir consejos de algún experto.

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